FUCK-ME de Marina Otero - Martes 20.30hs en Teatro Metropolitan.
Ella es bailarina, coreógrafa, es intérprete física, es mujer, un cuerpo. Ella crea un espectáculo en el que, durante el proceso de creación, no puede poner su cuerpo como lo hacía habitualmente, entonces la acompañan otros performers que ponen el cuerpo por ella. Hombres que ponen el cuerpo por ella. Ella se encuentra con su fragilidad y con el paso del tiempo.
Ir a ver Fuck-me es entrar en un espacio en el que el relato sobre los cuerpos actuantes toma protagonismo. Los bailarines-performers-actores se presentan como Pablos, varios Pablos que son jóvenes y que pueden darlo todo en escena, el cuerpo como arma de batalla, la entrega. Ella da cuenta del paso del tiempo, de esa juventud que se va esfumando sin un registro concreto, hasta que el cuerpo habla por sí mismo: una hernia de disco. Una operación. Otra operación. El dolor. Una obra sobre el dolor y el paso del tiempo.
Después son fragmentos de un pasado, de dos de sus obras anteriores que con Fuck-me forman parte de una trilogía: Andrea y Recordar 30 años para vivir 65 minutos. Un recuento del pasado para comprender el presente, vemos fragmentos de sus obras anteriores, de su infancia, de su juventud, de su cuerpo en plenitud, versus un cuerpo que luego de 4 intervenciones quirúrgicas, camina encorvado y con dificultad. Vemos analogías a lo que era y lo que es, una bolsa, un cuerpo desechable buscando una luz en el escenario. La rigidez de los cuerpos, la risa sobre los mismos cuerpos. ¿qué pasa cuando el dolor no se puede transformar en nada bello? El dolor pasa a ser simplemente dolor, algo parecido a la muerte.
El paso del tiempo va dejando sus marcas en nosotros. Los cuerpos van hablando de ese registro, lo vemos al mirarnos al espejo y lo sentimos. ¿de qué forma amigarnos con esa realidad? Una interprete explosiva va registrando el rendimiento de su cuerpo, como una línea descendente, como un camino hacia la muerte del movimiento.
Con un equipo de intérpretes hombres que lo dan todo por ella, mujer, Marina lleva todas estas preguntas, dolor y fortaleza, y relaciones de poder en esta ocasión a la calle Corrientes, donde también al finalizar la obra, corriendo cuestiona el lugar simbólico que el gobierno de Javier Milei pretende atribuir a nuestros cuerpos: mercadería, restos, basura.
Obras como las de Marina y las de tantos otros artistas argentinos, ponen en cuestionamiento el lugar del teatro y de los cuerpos como mercancía y dan lugar a debates muy necesarios en los tiempos que corren. Que la escena y nuestro teatro sean el cuerpo a cuerpo, que sean nuestro campo de batalla.
Vayan a verla. Quedan dos Martes. 20.30hs en el Metropolitan.
ELENCO
Augusto Chiappe
Diego Gómez
Juanfra López Bubica
Fred Raposo
Matías Rebossio
Miguel Valdivieso
Cristian Vega
Marina Otero
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