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Ir a ver Suavecita, un unipersonal escrito por Martín Bontempo y actuado por Camila Peralta, es encontrarse con dos mundos en una sola obra. Por un lado, el de la medicina, los hospitales, los ambientes hospitalarios del conurbano. Por el otro, una mujer con una suavidad tal, capaz de curar enfermedades de lo más variadas y con la capacidad de hacernos creer en lo sobrenatural.
Suavecita es la historia de una madre viuda que tiene que ganar dinero para mantener a su hija. Trabaja en un hospital y su trabajo consiste en sanar a los enfermos realizando una tarea bastante particular. Sus pacientes son en su mayoría enfermos terminales a quienes, por un pago ofrecido por el médico de turno, les hace favores sexuales.
El personaje se nos presenta de forma tímida y paulatina. Vamos descubriendo sus dones, al mismo tiempo que ella los descubre. La temática hospitalaria está presente de forma contundente, sostenida por los elementos escenográficos que componen la escena: una camilla, una cortina hospitalaria y un maniquí neutro. De sonido ambiente se escucha el silencio maquinal de una habitación hospitalaria. La paleta de colores en tonos celeste pastel (dirección de arte por Uriel Cistaro) junto con la iluminación diseñada por Fernando Chacoma, logran llevar a escena una realidad que formó parte de la vida del autor y que en esta ocasión decide usar como espacio escénico para la construcción del relato. En una entrevista para Infobae del 1 de agosto del 2023 Bontempo declara:
No estamos hablando de nada que no conozcamos, para nosotros un hospital público es algo familiar, yo tuve la mala suerte de tener que estar ahí por una cuestión familiar y entonces el Santojanni es una referencia de un lugar donde tuve que pasar un montón de tiempo. No es que estoy jugando a contar una historia en un hospital, yo estuve ahí adentro, después trabajé 10 años para una empresa donde tenía que visitar diariamente hospitales y clínicas. El hospital público fue un montón en mi vida. (Bontempo. Infobae).
Suavecita va sanando a sus pacientes y esos momentos de sanación se producen con una transformación de su personaje asociada con cada enfermo: una fantasía tanguera, una sirena de mar, el universo automovilístico, un mundo asociado al videojuego, para finalmente llevar a cabo la consagración como santa cuando da vida con las manos a su marido muerto y enterrado bajo tierra. El devenir espectacular de su función santa- curandera nos hace pensar en las algunas figuras femeninas que devinieron en mito y cuya santidad es anunciada a raíz de situaciones que carecen de explicaciones lógicas.
Tomamos como referencia a una figura popular que análogamente es aclamada por las masas como la santa de los pobres capaz de curar enfermedades con su música y presencia: la cantante y compositora Myriam Alejandra Bianchi (comúnmente conocida como Gilda) fallecida en 1996. Hay una película de 2016 titulada Gilda, no me arrepiento de este amor que trae a la ficción la construcción de su mito. Se le atribuye la ejecución de pequeños milagros, incluso antes de su muerte:
Según el relato de la abuela, la pequeña miró a Gilda y lloró todo el show, pero después la cantante las recibió a ambas y les dio un abrazo que habría sido sanador hasta para la madre de la nena. También se conoció el caso de una seguidora que le pidió ayuda en la fe porque su diabetes la tenía a maltraer, o el relato de un hombre que estaba en silla de ruedas y volvió a caminar poco después de ir a un show de Gilda. (Minuto uno. Sociedad).
Después de su muerte, los fans le construyen un santuario, en el que aún hoy le dedican plegarias en el kilómetro 129 de la ruta 9 en Entre Ríos.
El pueblo aclama a la santa Suavecita esperando sanar todos sus males. La Suavecita, como Gilda, toca a un hombre en silla de ruedas y él vuelve a caminar. Suavecita es aclamada por el pueblo. El público aclama a la actriz después de su actuación. Como milagro escénico, su capacidad de transformación se asocia a lo divino con un dominio contundente de la técnica actoral: tiene control sobre su tono de voz realizando varios personajes en simultaneo, realiza una precisa construcción de estructuras corporales disímiles, controlando a la perfección la tensión muscular para cada personaje, pasa de una mujer, a una anciana, a un robot, para volver a la corporalidad de la Suavecita en pocos segundos y dejar al púbico hipnotizado frente al milagro de la actuación.
Al final de la función, los espectadores se retiran de la sala y encuentran un pequeño santuario a la en la entrada de la sala, con luces y una estampita de la Suavecita, consagrada Santa después del milagro de la resurrección de su marido. Santa milagrosa de los enfermos, postrados y de los marginados.
Al retirarse, el público peregrina, de manera consciente o inconsciente, frente al altar. El teatro se convierte en santuario. No sería desatinado que la gente deje algún mensaje y ofrenda a la santa para que no falten obras teatrales como esta. El público se retira sano, sonriente y con una renovada fe en la dramaturgia teatral.
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Reseña por Sofía Posse
@sofi.posse
Bibliografía
Fernández, P. (01 de agosto de 2023). “Suavecita”, entre la explotación sexual y la santidad, uno de los fenómenos del teatro off. Cultura. Infobae. https://www.infobae.com/cultura/2023/08/01/suavecita-entre-la-explotacion-sexual-y-la-santidad-uno-de-los-fenomenos-del-teatro-off/
Muñoz, L. (Directora). (2016). Gilda, no me arrepiento de este amor (Película). Muñoz, Avila, Dubois, Kuschevatzkyhttps://www.starplus.com/es-419/movies/gilda-no-me-arrepiento-de-este-amor/3Sc237IdH9nA
Santa Gilda: Cuáles son los milagros que hizo hasta ahora. (07 de septiembre de 2022) Sociedad. Minuto Uno https://www.minutouno.com/sociedad/gilda/santa-cuales-son-los-milagros-que-hizo-ahora-n5529489
Santa Gilda: los milagros y la construcción del mito popular, a 25 años de su muerte (2021) Página 12. Suplemento SOY.
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